Por negocio fiduciario se entiende aquel en el que una persona, a la que se denomina fiduciante, transmite a otra, a la que llamaremos fiduciario, la propiedad de una cosa o la titularidad de cualquier otro derecho, de forma temporal, teniendo la obligación de devolverla por parte del fiduciario una vez que se cumplan las previsiones que las partes pudieran haber acordado.
Destaca en este tipo de negocio la relación de confianza entre fiduciante y fiduciario, o más bien la confianza del fiduciante en que el fiduciario actuará conforme a la finalidad perseguida y los pactos de fiducia alcanzados.
- Tipos de negocios fiduciarios
Básicamente podemos dividir los negocios fiduciarios en dos categorías diferenciadas según la parte beneficiaria del negocio: la fiducia cum amico y la fiducia cum creditore.
La fiducia cum amico se caracteriza por el hecho de que el negocio se celebra fundamentalmente en interés del fiduciante, mientras que la fiducia cum creditore tiene como beneficiario fundamental del negocio al fiduciario.
- La licitud de los negocios fiduciarios
Los negocios fiduciarios serán lícitos siempre y cuando exista y sea lícita su causa.
Este apartado de los negocios fiduciarios es de considerable importancia, ya que en ocasiones este tipo de negocios se llevan a cabo, encubiertas bajo la operación original, con una finalidad que no es la típica en el negocio que se realiza. En otras palabras, puede llegar a ser un negocio simulado que esconde u oculta otro negocio totalmente distinto. Un ejemplo de esto lo podemos ver en la Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de septiembre de 2002.
Podéis encontrar más información sobre el tema en las Lecciones de Derecho Mercantil, más especialmente en la Lección 14.ª, sobre las obligaciones y los contratos mercantiles, del Prof. Dr. Juan Ignacio Peinado Gracia.
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Por Javier García de Tiedra González, Abogado y autor de Introducción a la Inversión, una guía para aprender desde cero a rentabilizar nuestros ahorros.
